En el lugar que hoy ocupa a plaza de Santiago se encontraba la primera iglesia de Ricote. Fue una pequeña ermita para el servicio de la escasa población militar del castillo. Las primeras noticias que tenemos de ella se encuentran en los libros de visita de la orden de Santiago, en concreto en 1495.
En ella se nos dice que era pequeña pero bien arreglada, en una parte tenía un altar y retablos de papel con unas imágenes de la Virgen María. El altar tenía para el servicio eucarístico un par de manteles, un cáliz de estaño sin patena, una caja de papel para custodiar las hostias y unos pocos elementos más para el servicio religioso.
Unos años más tardes, la visita de 1498 nos aporta más información sobre el primer templo cristiano de Ricote. Era de una nave, y además de la imagen de la Virgen María tenía una del apóstol Santiago, y de otros santos. El ajuar eclesiástico había aumentado, el cáliz ya tenía patena y se había incorporado una campanilla pequeña.
Aparece por primera vez un elemento que fue esencial posteriormente en los templos del valle de Ricote tras la conversión de 1501-1502 de los moriscos, la pila de bautismo, que en esta iglesia la había puesto el alcaide de a fortaleza para bautizar a sus hijos.
A partir de 1515 comienza a detectarse un deterioro, que resultaría imparable, en este templo, el cual no tenía rentas para su mantenimiento, y sólo dependía para ello de las limosnas. En 1526 ya no se inspecciona el edificio por parte de los visitadores santiaguistas debido a su mal estado de conservación.